¿Te pasó alguna vez que conocés a alguien y, de la nada, te llena de mensajes, te dice que sos “el amor de su vida” en la primera semana y hasta ya proyecta un futuro juntos? Suena intenso, ¿no? Bueno, eso tiene nombre: love bombing, y no es tan lindo como parece.
Este fenómeno se basa en una técnica de manipulación emocional muy sutil (y peligrosa), donde una persona bombardea a la otra con afecto extremo, regalos y promesas idealizadas para ganarse su confianza rápido. Pero ojo: esa intensidad no es amor, es control camuflado de romance. Porque cuando ya caíste en la trampa emocional, suelen aparecer el aislamiento, la culpa, la dependencia y —sí, también— el sufrimiento.
El problema con el love bombing es que puede ser adictivo. Al principio, te hace sentir deseado, especial, como si hubieras encontrado “al indicado”. Pero con el tiempo, ese mismo amor se vuelve exigente, asfixiante o incluso violento. Y salir de ahí puede ser muy difícil si no detectás a tiempo la manipulación detrás de tanto “te amo” apresurado.
Por eso, si algo te resulta demasiado intenso demasiado pronto, prestá atención a las señales. ¿Te aleja de tus amigxs? ¿Se enoja si no respondés rápido? ¿Te hace sentir culpable por poner límites? Eso no es pasión, es una relación desequilibrada que puede derivar en algo tóxico.
¿La salida? Volver a vos. Recuperar espacios propios, apoyarte en tu círculo cercano, frenar la intensidad y —si lo necesitás— hablar con unx profesional. La terapia no es solo para cuando todo explota: también puede ayudarte a fortalecer tu autoestima, poner límites sanos y entender que merecés un amor que no duela.