Una escuela del Reino Unido ha generado revuelo al lanzar un curso poco convencional: formar a hombres heterosexuales en la creación de contenido erótico enfocado en el público gay.
Esta propuesta busca profesionalizar un sector en expansión y enseñar desde lo técnico hasta lo emocional, abordando temas como lenguaje corporal, dinámicas de deseo y respeto a la diversidad.
El programa responde a una demanda creciente en plataformas para adultos, donde los consumidores queer representan una parte clave del mercado.
Si bien algunos celebran esta movida como una puerta hacia mayor inclusión y oportunidades económicas, otros cuestionan la legitimidad de “entrenar” heteros para representar fantasías queer. ¿Reinvención de la industria o apropiación comercial? La polémica está servida.