Publicada por investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (USP), la investigación analizó las diferencias de sensibilidad y respuesta al estímulo anal entre hombres y mujeres, y reveló un hallazgo sorprendente: el sexo anal puede ser aún más placentero para los hombres que para las mujeres, desde una perspectiva neuroanatómica y fisiológica.
El artículo, firmado por especialistas en neurociencia y biología, fue publicado en la revista científica Scientific Reports. En él se explica que el canal anal masculino tiene una mayor concentración de terminaciones nerviosas conectadas con el plexo pélvico y, especialmente, con la próstata, un órgano que funciona como un importante centro de placer.
“La región anal y perianal de los hombres tiene una capacidad potencialmente superior para la generación de placer, en parte por la estimulación indirecta de la próstata”, señalan los autores del estudio.
A través de resonancias magnéticas, exámenes de respuesta neuronal y entrevistas clínicas, los investigadores concluyeron que el estímulo anal no solo puede provocar orgasmos intensos en los hombres, sino que también despierta zonas cerebrales asociadas al placer emocional, más allá del físico.
El estudio también busca derribar barreras sociales y culturales alrededor de la sexualidad masculina. A diferencia de las mujeres, cuya exploración anal es más aceptada socialmente en contextos heterosexuales, los hombres siguen enfrentando una fuerte carga de prejuicios cuando se habla de prácticas que incluyen estimulación anal.
“Aceptar el placer anal masculino no significa cuestionar la orientación sexual, sino abrir camino a una vivencia sexual más libre, consciente y placentera”, reflexionan los autores.
Una de las conclusiones clave del estudio es que la estimulación anal placentera no está ligada exclusivamente a la orientación homosexual, sino que forma parte del potencial erótico del cuerpo humano.
Con una mirada científica y libre de juicios, esta investigación se suma a los esfuerzos por ampliar el diálogo sobre sexualidad, derribar mitos y ofrecer herramientas reales para el autoconocimiento corporal.