La disfunción eréctil (DE), más que un problema sexual, es un indicador temprano de serios trastornos médicos, especialmente cardiovasculares y metabólicos. Detectar a tiempo este síntoma puede marcar la diferencia en la prevención y tratamiento de enfermedades subyacentes.
Las arterias peneanas, más pequeñas que las coronarias, son las primeras en ofrecer síntomas de aterosclerosis. Por ello, la DE podría ser la primera señal de enfermedad cardiovascular incluso en hombres sin síntomas evidentes
Estudios revelan que hombres con DE tienen entre 1,25 y 2,5 veces más riesgo de sufrir infartos de miocardio
Investigaciones recientes sostienen que el deterioro eréctil aparece incluso ante ligeros incrementos en la glucemia, antes de desarrollar diabetes diagnosticable. El síndrome metabólico (obesidad, hipertensión, resistencia a la insulina) está estrechamente vinculado con la DE
Además de vasculares y metabólicas, la DE puede originarse por trastornos hormonales, problemas neurológicos, uso de fármacos o factores psicológicos como estrés, ansiedad o depresión
Diagnóstico y primeros pasos
Evaluación médica completa: exploración física, preguntas sobre sexualidad y salud, análisis de sangre y orina para detectar diabetes, colesterol, función renal y testosterona
Estudios cardiovasculares: pruebas como ecografía arterial o índice de calcio coronario pueden ser recomendadas según los hallazgos clínicos
Tratamiento integral
Cambios en el estilo de vida: dejar de fumar, mejorar la alimentación, mantener peso saludable y realizar actividad física regular son fundamentales
Opciones médicas: desde inhibidores de la PDE5 (como sildenafil) hasta dispositivos de vacío o implantes. También abordar las causas específicas (diabetes, hipertensión, dislipemia)
Salud mental: en caso de componente psicológico, la terapia individual o de pareja puede ser clave
La disfunción eréctil debe ser considerada más que un impedimento sexual. Actúa como un marcador vital para la salud cardiovascular y metabólica, ofreciendo una ventana de oportunidad para prevenir complicaciones serias. Consulta sin demoras con un urólogo o médico de cabecera para una evaluación integral.