En un video promocional, Orwoll va más allá: “¿Quieren una nación blanca? ¿Construir un pueblo blanco? Es posible. Lo estamos haciendo”.
Actualmente, la comunidad abarca unas 60 hectáreas y cuenta con alrededor de 40 residentes, aunque se estima que “cientos” de personas en todo el mundo ya han pagado membresías para ser parte del proyecto.
El sitio oficial de RTTL menciona seis ubicaciones, una de ellas también en Arkansas y el resto en etapas iniciales de planificación. De acuerdo a medios estadounidenses, hay proyectos similares desarrollándose en el estado vecino de Misuri, lo que indica un crecimiento del movimiento de extrema derecha en la región.
En declaraciones a Sky News, otros miembros del grupo defendieron la iniciativa. “No sería polémico que ningún otro grupo racial hiciera lo mismo”, afirmó un miembro llamado David. Por su parte, Niki, otra integrante, aseguró que “la gente tiene una gran confusión sobre la comunidad; es un movimiento solidario”.
Consultados sobre la exclusión de personas LGBTQ+, Niki respondió: “Pueden tener sus propias comunidades; ya las tienen y creo que eso les viene genial”. Agregó además que le gustaría ver más comunidades «sólo para blancos» en otras regiones del país.
Desde RTTL argumentan que, al constituirse como una Asociación de Municipios Privados (AMP), están amparados legalmente y no estarían violando leyes antidiscriminatorias. Peter Csere, responsable de la estrategia legal del grupo, afirmó: “Esperamos poder ganar cualquier demanda contra nuestra legitimidad”.
Incluso aceptó que los tilden de racistas: “Realmente no sé ni me importa si ese término se aplica a mí o no”.
Los aspirantes a miembros son seleccionados tras entrevistas en video, y deben demostrar tener ascendencia europea. Una vez aceptados, pueden comprar acciones que se traducen en lotes para construcción dentro del predio. Según Scott Thomas, miembro fundador y parte de la junta directiva, “hay que ser alguien de ascendencia europea” para ingresar.
En respuesta al informe de Sky News, el fiscal general de Arkansas, Tim Griffin, manifestó: “La discriminación racial no tiene cabida en Arkansas ni en ninguna sociedad libre. Estas acusaciones plantean todo tipo de problemas legales, incluyendo cuestiones constitucionales. Mi oficina está revisando el asunto”.