La idea de que la identidad LGBTQ+ es un descubrimiento exclusivo de la adolescencia tardía o la adultez ha quedado desmentida por la evidencia. Un significativo estudio sobre la juventud LGBTQ+ ha concluido que una abrumadora mayoría de los jóvenes son conscientes de su orientación sexual o identidad de género antes de cumplir los 14 años, un hallazgo que llama a una profunda reflexión social sobre el apoyo y la educación que se ofrece durante la infancia.
La investigación, que analiza las experiencias de miles de jóvenes, detalla que la edad promedio en que los jóvenes se dan cuenta de su identidad es a los 13 años. Sin embargo, al desglosar los datos, se observa que muchos lo hacen incluso antes. Por ejemplo, los jóvenes trans y aquellos asignados como hombres al nacer reportan tener esta conciencia a una edad tan temprana como los 12 años.
Este descubrimiento temprano no siempre va de la mano con la comunicación. El estudio también señala que, aunque la autoaceptación llega pronto, los jóvenes esperan en promedio hasta los 16 o 17 años para “salir del clóset” y compartir su identidad con otras personas. Esta brecha de tres a cuatro años entre el autodescubrimiento y la comunicación es un periodo crítico y, a menudo, solitario, en el que los jóvenes pueden experimentar miedo, confusión y ansiedad sin contar con un sistema de apoyo visible.
Los expertos que analizan estos datos insisten en la importancia vital de estos hallazgos para padres, educadores y profesionales de la salud. La principal conclusión es clara: la educación sobre diversidad sexual y de género no puede esperar a la secundaria. Es fundamental que desde la niñez se fomente un ambiente de respeto y apertura, donde los menores se sientan seguros para explorar y expresar quiénes son sin temor al rechazo.
La necesidad de recursos afirmativos, políticas escolares inclusivas y un diálogo familiar abierto se vuelve más imperativa que nunca. Ignorar esta realidad no solo invalida las experiencias de miles de jóvenes, sino que también les niega el derecho a un desarrollo saludable y pleno en una etapa crucial de sus vidas. El mensaje del estudio es contundente: la juventud LGBTQ+ sabe quién es; la pregunta es si la sociedad está preparada para escuchar y apoyarla desde el principio.